Aunque diga otros nombres, lo cierto es que para él sólo hay dos: Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López

Raúl García Araujo | @araujogar

Por más que se sumen corcholatas al tablero, sólo hay dos verdaderas, ni una más.

Lo que hace el presidente Andrés Manuel López Obrador al agregar no una, sino varias fichas a la planilla de la sucesión presidencial, es darle gusto a los suyos para no ganarse su enemistad antes de tiempo.

Fue delirante lo que hizo la semana pasada en su conferencia de prensa mañanera, al sumar hasta al subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell en la carrera por la sucesión.

Solo un loco, puede pensar que el responsable de atender la pandemia en nuestro país, pueda ser candidato presidencial, pero más loco, el que crea que su jefe, sólo en la nómina, el decrépito, Jorge Alcocer Varela, esté en la lista.

Pero ya le hizo el sexenio a Alcocer, al mencionarlo también como corcholata, la más vieja, de las que usaban aún corcho en su interior, de las que nada dicen a los jóvenes, mas que sirven para chupar el líquido que tapan, igual que hace Alcocer con el presupuesto al cobrar por algo que está muy lejos de devengar.

La inclusión de éste fue sólo un intento malogrado por confundir a los suyos, aunque perverso por haber generado ilusiones en un corazón vetusto que ya no está para aguantar emociones.

Sin embargo, fue también delirante incluir en ese tablero por la sucesión a la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez.

Y no porque no sea capaz, comprometida, leal con él y con su proyecto, sino porque a ella la requiere para otra jugada.

A la secretaria de Seguridad la necesita para que retenga para Morena la capital del país, bastión morenista cada vez más disputado, pero que conserva un voto duro fiel para la jefatura de Gobierno, no así para las alcaldías, debido al mal desempeño que estos han tenido en su momento, lo cual se reflejó en los resultados de las pasadas elecciones.

Para eso está Rosa Icela, primero para fortalecer con el reparto de apoyos a la población de las comunidades más pobres, la presencia del gobierno de la 4T.

Y segundo, para retener la Ciudad de México, la capital del país, para el gobierno de izquierda, que la obtuvo y no la suelta, desde los comicios de 1997, cuando la ganó el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, para el otrora respetable Partido de la Revolución Democrática, hoy vilipendiado por los mercenarios de la política, Jesús Zambrano Grijalva y Jesús Ortega Martínez.

Luego entonces las corcholatas que tiene en mente, el presidente López Obrador no son las que por presiones, chantajes sentimentales o estrategia política, decide incorporar a su tablero.

Y aunque en el imaginario colectivo logre incrustar otros nombres, lo cierto es que en ese tablero sólo hay dos: Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López Hernández.

La primera, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y el segundo, secretario de Gobernación, ambos de toda su confianza.

En ese tablero no figura Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores, por dos razones.

No le garantiza al presidente López Obrador la consolidación de la Cuarta Transformación.

Y cosa no menos importante, no le garantiza el remanso emocional que él no les ha otorgado a sus antecesores Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.

De esta forma la única disyuntiva que enfrenta el inquilino de Palacio Nacional para tomar la decisión es si en el encargo, que no cargó, deja a su hija política, con lo que seguiría haciendo historia, u opta por el hermano político, para dejar en manos de los tabasqueños el rumbo del país.

Y a Ricardo Monreal, ni lo consideré, estimado lector, porque él nunca ha estado en el ánimo del presidente.

Aún cuando el zacatecano haga circo, maroma y teatro, como recientemente al presentar su propuesta de gobierno, en un intento de madruguete a los demás suspirantes, lo cierto es que don Ricardo irá por fuera, tiene que buscar la postulación por algún partido que no sea Morena.

La razón es más que obvia, el presidente no le tiene confianza; los adjetivos de ambicioso vulgar infligidos en varios momentos, eran para él, aún cuando él no se sentía aludido.

En círculos políticos se dice que Monreal lo que quiere negociar con su incesante activismo político, es la capital del país; sin embargo, esa plaza ya está destinada, es para Rosa Icela Rodríguez.

En Cortito: Nos cuentan que debemos tomar en cuenta lo que está pasando en el Estado de México, ya que la carrera por la sucesión en la gubernatura que ostenta el priista Alfredo del Mazo ya se adelantó. En primera instancia, a la lista de candidatos de Morena hay que sumar al ex alcalde de Nezahualcóyotl, Juan Hugo de la Rosa García, quien ayer al dar a conocer su nombramiento como presidente de la agrupación Movimiento Nacional Unidos por un Mejor País, delineó lo que sería su plataforma de gobierno. El político originario de Neza se dijo abierto a que sea a través de una encuesta la selección del candidato o candidata. La lista es larga, ya que están la secretaria de Educación, Delfina Gómez, el senador, Higinio Martínez, el alcalde de Ecatepec, Fernando Vilchis, el director de Aduanas, Horacio Duarte y el propio dirigente nacional de Morena, Mario Delgado. En el PRD el diputado local, Omar Ortega Álvarez, dice que el partido puede ir solo sin alianza y que él único indicado para esa responsabilidad; en Movimiento Ciudadano, el apuntado es el senador Juan Zepeda. Mientras que en el PRI aún sigue tapado el candidato y su líder estatal, Eric Sevilla, hizo cambios en 6 de sus secretarías con rumbo a la elección de 2023. El priista mexiquense integró a varios políticos jóvenes para dar frescura al partido como es el caso de Angélica del Valle, quien está al frente de Gestión Social. No la pierda de vista.

En Cortito: Nos dicen que de nueva cuenta la alcaldía Cuauhtémoc es nota, pero mala nota, lo cual va siendo una constante.

En esta ocasión por partida doble; primero por la inseguridad, ya que en sus calles de la colonia Roma se cometió una ejecución, de tres abogados, a manos de un sicario que huyó tranquilamente en su moto, sin ser ubicado hasta el momento.

Y el domingo, estuvo a punto de ser nota también, cuando una pareja de transeúntes caminaba apaciblemente y estuvieron a punto de ser aplastados por las ramas que arrojó la tolvanera que se desató con ráfagas de alto kilometraje.

Y en esto qué tiene que ver la alcaldía, que encabeza Sandra Cuevas, dirá usted, estimado lector.

Pues nada, que esas largas ramas cayeron porque no han sido podados los árboles desde hace mucho tiempo, y porque los transeúntes que por ahí caminan  tienen que sortear los hoyos de los innumerables trabajos inconclusos que hay en esa zona minada.