Adán Augusto López es un hombre leal al proyecto político y personal del presidente López Obrador
Israel Mendoza Pérez | @imendozape
Para meterle un condimento extra a la sucesión presidencial adelantada y alentada desde Palacio Nacional, el presidente designó a su paisano y amigo Adán Augusto López, como secretario de Gobernación, justo a la mitad del camino. Con el simple hecho de llegar a la silla principal del Palacio de Cobián, el ahora gobernador de Tabasco con licencia, se convierte en el “plan c” del presidente Andrés Manuel López Obrador rumbo a 2024.
Y es que Adán Augusto es un hombre leal al proyecto político y personal del Presidente. Para muestra fue el encargado de tramitar la cesión de sus departamentos a su hijo Andrés Manuel López Beltrán y de otras propiedades ubicadas en Tabasco a sus otros tres hijos. Lo demás fue seguirlo y ser incondicional.
“Mediante escritura número 22,441, volumen CCCXLI, pasada ante la fe del licenciado Adán Augusto López Hernández, notario público veintisiete de Villahermosa, Tabasco, se hizo constar la donación que realizó el suscrito (López Obrador) a favor de Andrés Manuel López Beltrán, de la parte proporcional que le corresponde como copropietario de los departamentos”. Este es el tipo de personajes que son bien vistos en la mañanera. Aunque llega a una secretaría mermada en la operación política. Ya que dejó de tener el control de la inteligencia del país, así como de los asuntos migratorios entre otros aspectos. Por ello es que con Olga Sánchez se trabajaba en el modelo de una secretaría de los derechos humanos. Más allá de una dependencia con capacidades de diálogo y negociación con fuerzas políticas y poderes fácticos.
Ahora, Adán Augusto, el expriista, experredista, excoordinador de campaña se convierte en el consentido del gabinete. Y aunque no ocupe el lugar de mayor fuerza política, debido a la concentración de poder que surge desde la conferencia mañanera, por su propia historia personal y política con el presidente trae la consigna de reforzar y hacer el trabajo que otros integrantes del gabinete no llevan a cabo por los niveles de confianza que se manejan dentro del primer círculo presidencial.
El actor político principal es el presidente, desde temprano fija los lineamientos políticos, da indicaciones y no admite un segundo. Nadie le hace sombra. Adán Augusto no va a encontrar en Gobernación en esa figura de poder político fue en los sexenios pasados. Pero entra a quitarle los reflectores a Claudia Sheinbaum y servir de comparsa a Marcelo Ebrard en algunos temas de la agenda política.
En caso de que los primeros dos candidatos del presidente para sucederlo se encuentren en un riesgo por lo complicado que será el último tercio presidencial, Adán Augusto es el “plan c” que está listo para atender las decisiones que se tomen en Palacio Nacional. Sea cual sea. El estilo, el modo y los gustos los une, como en épocas pasadas, al presidente y al ahora secretario de Gobernación. Y eso ningún aspirante puede superar, por mucha eficacia que haya presentado a lo largo del sexenio.