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El PRI de Alito es el eslabón más débil, o más acomodaticio, de la coalición creada para hacerle contrapeso a Morena 

Israel Mendoza Pérez
@imendozape

A ocho días de la consulta para buscar que se lleve a juicio a cinco expresidentes, se pone a prueba la fuerza de convocatoria de la cuatroté y, en su contra parte, a los integrantes de la Alianza Va por México como opositores declarados. A final de cuentas, el PRI encabezado por Alejandro Moreno Cárdenas es el eslabón más débil, o más acomodaticio, de la coalición electoral creada para hacerle contrapeso a Morena en los pasados comicios del 6 de junio.
Ahora, lo que falta no sólo son los pronunciamientos de crítica de los partidos opositores sino que son, al menos, PAN y PRD, enemigos naturales de Morena. El primero desde Vicente Fox y Felipe Calderón la relación fue excesivamente tensa con el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador. Con el PRD la ruptura fue cruenta por el éxodo de militantes a la nueva fuerza política creada con piezas del perredismo.
En tanto, el PRI se ha visto tímido en sus pronunciamientos y sus discursos los enfila al partido en el poder más no a la figura más emblemática de la 4-T representada por el Presidente. No hay duda, Alejandro Moreno da el manotazo pero matiza con la voz. La conveniencia de su disfuncional dirigencia durante los dos años que lleva al frente del partido tricolor.
Jesús Zambrano Grijalva, dirigente del PRD, califica la consulta como una acción inservible e incongruente. “¿Por qué no mejor se destina ese presupuesto para adquirir el medicamento que miles de niñas y niños de todo el país necesitan para combatir el cáncer? El presidente López Obrador solo usa esta consulta amañada e ilegal para que la atención pública no se centre en los funcionarios corruptos que solapa en su gabinete”.
En tanto, para el dirigente panista Marko Cortés Mendoza, la consulta es “a todas luces ilegal e inconstitucional. Si algún expresidente incurrió en algún delito, sin consulta alguna de por medio, se le debe denunciar, y en caso de resultar responsable, juzgarlo como lo marca la ley y la Constitución.
Mientras que el priista Alejandro Moreno Cárdenas, dijo que para enjuiciar a los expresidentes de México, no se requiere una consulta pública a como lo ha impulsado el presidente Andrés Manuel López Obrador, ya que aseguró existen las instancias judiciales para establecer, si hay elementos, las demandas que se consideren necesarias.
El tema de una consulta los obligó a ir en una dirección y en caso de que una de las fuerzas políticas comience a titubear será el elemento necesario para tener claro que es insostenible una alianza legislativa y de posicionamientos en temas sensibles cuando se tiene en las filas a una pieza frágil.
De acuerdo con las versiones de las pláticas poselectorales entre los integrantes de la Alianza, después de la consulta se comenzará a trabajar sobre el de revocación del mandato y luego el ajuste con algunos gobernadores del PRI que poco contribuyeron a retener posiciones en los estados y los que se agruparon en la Conago y los de la alianza federalista. Esos puntos son los que le preocupan a los aliados de Alito ya que suena a que se trató de una estrategia para garantizar su fuero.