Con quien tendrá que vérselas tarde que temprano será con el superdelegado del Bienestar Juan Carlos Loera

Eduardo León | @EduardoLeonMx

Entre las dirigencias partidistas en Chihuahua y en prácticamente todo el círculo rojo, persiste un mal sabor de boca desde que María Eugenia Campos asumió el cargo de gobernadora constitucional del Estado, pues es la fecha en que la mandataria parece no tener intención todavía de reunirse con los principales actores con quienes tendrá que bregar los próximos seis años.

Y no es que se espere que exista una relación cuasi amistosa como aquella que entabló en su momento Javier Corral (PAN) con Juan Carlos Loera (Morena), pero las circunstancias demandan la conformación de un bloque serio, unificado, para hacer frente a la crisis económica, social, en salud, en seguridad, en un frente en el que se incluya a la sociedad y al sector económico con el liderazgo de quien hoy detenta el máximo poder político en la entidad.

Al menos de momento no se vislumbra en el corto plazo una convocatoria así, pero nada mal le caería a la primer gobernadora de Chihuahua, liderar un movimiento en el que todos los chihuahuenses, sin distinción de banderas, filias ni fobias, respaldaran las acciones que tarde o temprano tendrá que emprender “Maru” Campos.

Sobre todo porque el gobierno de Campos Galván enfrenta de inicio una de las peores crisis económicas de los últimos años, heredadas por supuesto por el ex gobernador César Duarte Jáquez pero que supo empeorar Javier Corral Jurado, quien duplicó los adeudos a proveedores que dejó su predecesor, dejando además faltantes importantes en las arcas públicas que aún están por esclarecerse. Y en este punto, no le vendría nada mal a María Eugenia Campos un poco de oxígeno que le permita no solo terminar el año fiscal, sino tener la holgura para empezar sus propios proyectos.

Con quien tendrá que vérselas tarde que temprano será con el superdelegado del Bienestar Juan Carlos Loera, quién estaría a cargo de la operación de la mayoría de los recursos que destine la federación a Chihuahua, lo que anticipa una serie de fricciones entre el Estado y la Federación, sobre todo por la falta de oficio político y humor volátil del ex candidato de Morena a Gobernador, quién tendría en la bolsa unos 10 mil millones de pesos para ejercer durante 2022 en la entidad, la mayoría destinados a programas clientel… perdón, sociales.

 

Y ya que tocamos el tema presupuestario, además del contrasentido que significó el recorte sustancial al Instituto Nacional Electoral cuando se pretende realizar una consulta en marzo próximo, también hay que considerar que de todas las reservas presentadas por los legisladores de oposición e incluso algunos de Morena, fueron rechazadas sin ningún margen a discusión aquellas que representaban apoyo a negocios familiares y emprendedores, el retorno de las estancias infantiles y el Seguro Popular, la creación de un seguro de desempleo, y aquellas que pretendían garantizar abasto de medicamento así como de quimioterapias.

 

BUSCAPIÉS

Los fraudes en Chihuahua están a la orden del día, tanto para el ciudadano del estrato social más bajo como para aquellos considerados como de clase media. Para los primeros, en los últimos meses se han visto envueltos en un fraude en el que ha surgido reiteradamente el Infonavit como parte de la estafa.

Personas con gafetes, presumiblemente apócrifos que supuestamente trabajan en empresas autorizadas por el Instituto, ofrecen “créditos” Mejoravit, llegan a la casa de los derechohabientes con información personal sensible: sus números de seguridad social, nombre y domicilio, buscan ganarse la confianza de la futura víctima al ofrecerle supuestos recursos en efectivo (Infonavit no opera así) con montos diversos (según el sapo es la pedrada) que no tienen que comprobarse, pero cuyo trámite requiere por parte del beneficiario la entrega de una cantidad en efectivo que posteriormente se le “reembolsaría”.

De sobra está decir que este esquema ya ha cobrado víctimas, principalmente entre las personas más inocentes y sin malicia, por lo regular los que menos tienen. El Infonavit Chihuahua ya tiene conocimiento de este modus operandi pero hasta ahora no ha dado visos de haber entrado en coordinación con las autoridades estatales para ponerle fin a lo que podría ser una célula de defraudadores que han asentado sus reales en el sur de la capital del estado.