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La salud es vida o muerte. Punto. Así que sí, celebremos que se pongan en marcha rutas para llevar medicamentos.

Miguel Camacho  @mcamachoocampo

Cero y van… No sé ustedes, estimados amigos, no sé ustedes, pero yo ya perdí la cuenta de las ocasiones en las que la 4T nos ha prometido mejorar el abasto de medicamentos y el mejor sistema de salud del mundo… ¡Perdón! Eso último lo consiguió López Obrador, y la actual presidenta únicamente administra lo logrado.

Este 15 de julio, el gobierno anunció que en agosto —ya en dos semanas, aproximadamente— arrancará el programa Rutas de la Salud, para distribuir medicamentos e insumos para el IMSS-Bienestar.

La flota contará con 96 camiones de 3.5 toneladas, 35 camiones de 1.5 toneladas, 35 cajas sanitarias y 27 cajas refrigeradas. El anuncio suena bien; sin embargo, me surgen algunas preguntas. Por ejemplo: ¿cómo harán para cubrir los casi dos millones de kilómetros cuadrados que tiene México con tan pocos vehículos?

¿Cómo será la operación? ¿Recogerán los medicamentos en los centros de producción y los llevarán a almacenes centrales en las diversas entidades? ¿Y de ahí se encargarán los gobiernos locales, asumiendo también los costos?

Veamos otra opción: si repartieran el equipo de transporte entre los estados afiliados al IMSS-Bienestar, las cosas estarían peor. Hablando en números redondos, les tocaría, por ejemplo, cuatro camiones de 3.5 toneladas por entidad.

Por último, los funcionarios anunciaron que ya se tiene comprado el 96 % de los medicamentos. Sobre ese porcentaje yo preguntaría: ¿ya lo tienen todo en bodega? Porque una cosa es tener los contratos asignados y otra muy distinta es tener los medicamentos físicamente en bodega, listos para repartir.

Digo lo anterior porque muchas de esas medicinas aún están en la línea de producción.

Los pacientes no viven de discursos. Un paciente psiquiátrico no puede esperar que le repartan su tratamiento cada tres meses.

Una mujer con cáncer no puede esperar que el sistema “se reorganice”.

Un abuelo con diabetes no puede congelar su insulina hasta que llegue el camión.

La salud no es propaganda.

La salud es vida o muerte. Punto.

Así que sí, celebremos que se pongan en marcha rutas para llevar medicamentos. Pero también exijamos que el trayecto incluya responsabilidad, reparación y verdad. Porque mientras el gobierno presume logística, miles de mexicanos siguen viajando por su cuenta, de hospital en hospital, con la receta en la mano y la esperanza rota.

EN EL TINTERO

La censura avanza en México. Un ejemplo es lo sucedido a nuestro compañero Jorge Luis González, en Campeche. Por orden judicial, tendrá que someter todo su trabajo a la consideración de un interventor judicial, para que el “funcionario” decida si se publica o no.

Hoy es Jorge Luis en Campeche. Mañana podrías ser tú.

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