A pesar del grave problema de contaminación, nadie advirtió a los bañistas de no introducirse al mar

Cientos de turistas cerraron el 2021 nadando entre aguas residuales en Acapulco, Guerrero.

En la playa Caletilla, una de las más famosas del puerto, miles de litros de aguas negras escurrieron hacia el mar, debido a una ruptura en un colector de drenaje.

El agua salió a través del drenaje pluvial despidiendo un olor fétido a tan sólo unos metros de las mesas donde los bañistas disfrutaban de la arena y el sol.

A pesar del grave problema de contaminación, nadie advirtió a los bañistas de no introducirse a ese mar oscurecido por las aguas negras, con el inminente riesgo de contraer una enfermedad infectocontagiosa.

La semana pasada, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) informó que las playas Hornos, Tlacopanocha y Suave no son aptas para el uso recreativo.

Los mismos turistas han documentado a través de las redes sociales, que en la playa Papagayo, Tamarindos, Condesa e Icacos, los vertimientos del drenaje escurren hasta el mar.

El pasado 27 de diciembre, las autoridades municipales de Acapulco negaron que aguas negras estuvieran desembocando en la playa, y afirmaron que se trataba de agua potable que se filtró en los canales que desembocan en esas zonas.

La presidenta municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez, y el senador, Félix Salgado Macedonio, ambos del partido Morena, han usado diversos medios para negar la evidente contaminación de las playas de Acapulco.