Las labores no han cesado desde el pasado miércoles. Más de 150 personas están laborando por turno para rescatar a los mineros

El rescate de los 10 mineros que se quedaron atrapados en un pozo de Carbón en Sabinas, Coahuila, se dificultó con el desagüe de este espacio; las autoridades trabajan con ocho bombas especializadas, pero están a la espera de otras con mayor capacidad que agilice este proceso.

De acuerdo con el periódico Vanguardia, al mediodía de ayer, los volúmenes de agua no disminuían significativamente, por lo que se realizó otra reunión de trabajo para determinar acciones, como barrenar a espaldas de otro pozo y meter bombas sumergibles con mayor capacidad de bombeo, detalló el gobernador Miguel Riquelma.  Los tres pozos que conforman este espacio se habían inundado tras el percance.

Por la noche,Nazira Zogbi, secretaria de Trabajo, actualizó que con otras cinco bombas se logró avanzar: en un primer pozo se logró bajar su nivel cuatro metros, en el segundo de los pozos, 1.05 metros, y en el último, un metro con 30 centímetros, todo esto en una hora.

Las labores no han cesado desde el pasado miércoles. Más de 150 personas están laborando por turno para rescatar a los mineros. Mientras tanto, las familias de los mineros siguen a la espera, con el reloj que avanza.

Juany Tijerina, hermana de Hugo, uno de los atrapados, afirmó que espera tener noticias pronto, buenas o malas, pero algo que le ayude a calmar la desesperación.

“Rogamos que estén vivos, porque la esperanza es lo último que se pierde, pero si no lo están que nos los entreguen, porque es mucha la desesperación de pensar que no podríamos ni siquiera despedirnos de ellos. Mi corazón dice que está vivo, pero sabemos lo que es y las horas que han pasado”, agregó Juany.

En medio de la desesperación, el señor Plutarco Ruiz, se ha convertido en la esperanza de muchos familiares que aguardan.

Don Plutarco, ex minero con decenas de años de experiencia, sobrevivió siete días al interior de la mina Broker, en La Florida, municipio de Francisco I. Madero, cuando se inundó en 2010, en un accidente similar al que se registró en Agujita.

“Yo busqué las partes altas y me metí a la mina con la que nos comunicamos. Yo me metí a esa mina que tenía unos 30 centímetros, iba a rastras, apenas libraba mi cuerpo y busqué las partes altas, porque yo sabía bien que en esos puntos el agua no me iba a alcanzar”, recordó don Plutarco.