El bloque oficialista, junto con PT y PVEM, aprobó la reforma presidencial en comisiones; la oposición no pudo frenar la arrolladora mayoría guinda.
Por Gabriela Díaz | Reportera
El Senado de la República vivió una jornada tensa, donde la oposición, conformada por el PAN, PRI y Movimiento Ciudadano (MC), intentó sin éxito detener la aprobación de la polémica reforma al Poder Judicial. Sin embargo, la mayoría de Morena, junto con PT y PVEM, aprobó el dictamen en las comisiones de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos.
En la Comisión de Puntos Constitucionales, el dictamen recibió 12 votos a favor y seis en contra. En Estudios Legislativos, el resultado fue de 13 votos a favor y seis en contra. Así, la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador avanzó en lo general, aplastando los intentos de la oposición por detenerla.
Desde el inicio de la reunión, los senadores del PAN y PRI presentaron demandas de amparo emitidas por jueces de distrito, buscando frenar la discusión de la reforma. Argumentaron que era inconstitucional, pero su esfuerzo no surtió efecto ante la contundente respuesta del bloque oficialista.
El papel de la oposición
El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, se mantuvo al frente, apoyando al bloque guinda a pesar de no pertenecer a ninguna de las comisiones dictaminadoras. Desde su posición, desestimó los amparos, calificándolos de actos políticos y no jurídicos.
Las presidentas de las comisiones de Puntos Constitucionales, Ernestina Godoy, y de Estudios Legislativos, Citlalli Hernández, fueron firmes en su postura de apoyo a la reforma. Además, el coordinador de la bancada de Morena, Adán Augusto López, demostró su capacidad para liderar la defensa de la propuesta presidencial.
Durante la sesión, se rechazó por 23 votos contra nueve la inclusión de un Parlamento Abierto que hubiera permitido escuchar a los trabajadores del Poder Judicial que se manifestaban afuera del Senado. El oficialismo argumentó que no era necesario dicho foro.
El debate se intensifica
El debate se prolongó por más de seis horas, con fuertes intercambios entre los legisladores de ambos bloques. Mientras Morena, PT y PVEM defendían la necesidad de reformar el Poder Judicial, los partidos de oposición advertían que la propuesta implicaba una regresión autoritaria.
El senador Óscar Cantón, ahora en las filas de Morena, afirmó que su voto sería en favor de la reforma, ya que representaba a los 36 millones de mexicanos que respaldaron a la Cuarta Transformación en las urnas. Por su parte, el líder del PAN, Marko Cortés, aseguró que la reforma era un retroceso antidemocrático.
Luis Donaldo Colosio Riojas, de MC, advirtió que la reforma no solucionaría los problemas del Poder Judicial, sino que los agravaría. Consideró que la propuesta obedecía a un deseo de venganza política más que a una necesidad real de cambio.
Críticas de la oposición
El senador morenista Luis Fernando Salazar, exmiembro del PAN, confrontó a sus antiguos compañeros de partido, cuestionando si el PAN seguía bien representado por Marko Cortés y sus acuerdos con el PRI. El líder panista respondió, defendiendo los pactos en Coahuila como una muestra de transparencia.
Senadores de Morena, como Malú Micher, argumentaron que la reforma era necesaria para erradicar el nepotismo y la corrupción en el Poder Judicial, aludiendo a la presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña. Estas acusaciones fueron duramente criticadas por la senadora priista Carolina Viggiano, quien señaló que Morena no tenía autoridad moral para hablar de nepotismo.
El senador de Morena Saúl Monreal exigió respeto tras la mención de su familia, rechazando las acusaciones de nepotismo dentro de su partido. Monreal defendió su trayectoria y la de su familia, afirmando que no había ninguna irregularidad en su labor pública.
Lo que sigue para la reforma
La batalla ahora se traslada al pleno del Senado, donde la oposición, conformada por 43 senadores, deberá mostrar unidad si pretende detener la aprobación final de la reforma al Poder Judicial. La sesión se espera para el próximo martes, y será entonces cuando se pondrá a prueba la fuerza de la «barrera de contención» opositora.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha defendido esta reforma como una medida necesaria para limpiar el Poder Judicial de vicios como la corrupción y el nepotismo. Sin embargo, los partidos opositores insisten en que se trata de un intento por someter al Poder Judicial al control del Ejecutivo.