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Sostuvieron que el ataque defensivo contra los criminales no fue planeado, sino que se dio al calor del hartazgo por el acoso de La Familia Michoacana

Pobladores de Texcapilla refirieron que tienen años de ser víctimas de las delincuencia organizada que predomina en el sur mexiquense, territorio dominado por La Familia Michoacana.

El viernes los pobladores se hartaron de entregar su dineron al crimen organizado que les exigía 10 mil pesos por cada hectárea sembrada y se enfrentaron a los sicarios dejando un saldo de 14 muertos, 10 de ellos integrantes del grupo criminal.

Algunas personas que hablaron bajo condición de anonimato contaron que antes de Rigoberto de la Sancha Santillán, alias «El Payaso», le pagaban a otro delincuente apodado «El 47», quien no cobraba tanto como lo hacía el líder criminal al que licharon el viernes pasado.

«El 47» es José Dámaso Ulquizar, quien fue detenido en junio de 2020 cuando circulaba en un vehículo -junto con dos personas más- sobre una carretera en el municipio de Amatepec.

A ese sujeto se le relacionaba con el asesinato, en octubre de 2019, de cuatro policías municipales de Almoloya de Juárez. Después de su detención «El Payaso» subió en el escalafón del grupo criminal y se convirtió en líder regional.

Los pobladores denunciaron que ante una mala cosecha de haba y avena, ya no le pudieron cubrir la ‘cuota’ millonaria a ‘El Payaso’.

Sostuvieron que el ataque defensivo contra los criminales no fue planeado, sino que se dio al calor del hartazgo por el acoso de este sujeto.

POBLADORES PIDEN ARMAS

Ante el temor de ser víctimas de un ataque de La Familia Michoacana, este lunes un grupo de pobladores de Texcaltitlán solicitaron a la gobernadora Delfina Gómez que se les proporcione armas y chalecos antibalas para poder defenderse.

«Lo que yo le pediría a ella, que levanten en armas a los hombres y a las mujeres, las que estamos dispuestas. Nos queremos defender y levantarnos en armas. Si puede que nos traigan chalecos antibalas y armas».

Cabe señalar que tras el enfrentamiento, muchas familias han abandonado la comunidad ante el temor de que el grupo armado regrese a cobrar venganza tras la muerte de algunos de sus integrantes.