Cárteles imponen su ley mientras el gobierno guarda silencio.
Este sábado 7 de junio vence el plazo que el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, estableció públicamente para pacificar el municipio de Teocaltiche.
Sin embargo, lejos de mejorar, la situación de seguridad ha empeorado. Desde su promesa, realizada el pasado 23 de abril, la violencia en la región no ha cesado y el crimen organizado mantiene el control territorial.
En ese periodo, han ocurrido al menos 23 homicidios dolosos en Teocaltiche, incluidos tres asesinatos de funcionarios municipales: el director de la Policía, Ramón Grande Moncada (15 de abril); el secretario del Ayuntamiento, José Luis Pereira (28 de abril); y la regidora y excandidata a la presidencia municipal, Cecilia Ruvalcaba (9 de mayo).
Todos fueron víctimas de ataques armados, sin que hasta el momento se reporten avances en las investigaciones.
A pesar del compromiso de pacificación, el municipio enfrenta también una grave crisis institucional. El secretario de Seguridad Pública del estado, Juan Pablo Hernández González, reconoció que no se han podido cubrir las 15 bajas de policías municipales registradas en lo que va del año. Aunque se abrieron 20 nuevas plazas, la convocatoria ha tenido una respuesta mínima.
Desde el secuestro de ocho policías municipales el pasado 18 de febrero —de los cuales cuatro fueron hallados sin vida—, la inseguridad en Teocaltiche se ha profundizado.
El control de la zona sigue en disputa entre células del Cártel Jalisco Nueva Generación y del Cártel de Sinaloa, sin una intervención contundente por parte del Estado.
Hasta el momento, ni el gobernador Pablo Lemus, ni el secretario de Seguridad ni el fiscal de Jalisco, Salvador González de los Santos, han informado si acudirán hoy al municipio o si presentarán algún reporte detallado sobre los supuestos avances en la estrategia de pacificación.
La ausencia de resultados y de presencia institucional alimenta la desconfianza ciudadana.