En la Sierra Gorda de Querétaro, cientos de personas sobreviven gracias a la extracción ilegal de mercurio. Es una actividad que ha pasado de padres a hijos a pesar del riesgo que representa.
En la Sierra Gorda de Querétaro, cientos de personas sobreviven gracias a la extracción ilegal de mercurio. Es una actividad que ha pasado de padres a hijos a pesar del riesgo que representa. 

Quienes trabajan en las minas de mercurio, sin medidas se seguridad y en espacios confinados, lo hacen conscientes del riesgo que representa, pero dicen, no hay otra cosa en qué trabajar en esa zona donde hay altos niveles de pobreza. 

“Trabajo aquí no hay, esto es lo único en lo que podemos ganar dinero, es lo que sabemos hacer”, dijo a Dominio Público un minero del municipio de Pinal de Amores. 

Pero el riesgo no sólo es para los trabajadores. Los hornos artesanales en los que se obtiene el metal dejan residuos en el suelo y en el aire. En 2015, hubo reportes de personas afectadas por la contaminación del agua por este metal.  

El mercurio es el único metal que permanece líquido a temperatura ambiente y es altamente tóxico al provocar daño en los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel y los pulmones riñones y ojos. 

Durante siglos fue usado en medicina y hasta hace poco se usaba en antisépticos, laxantes, antidepresivos. Los dentistas también lo usaban para colocar amalgamas y muchos lo llegamos a usar en termómetros.   

Pero su mayor uso es para separar el oro de la tierra y los sedimentos. Por eso su demanda es tan alta.  

Se estima que la mayor parte del mercurio que se obtiene en la Sierra Gorda de Querétaro es exportada a Sudamérica donde se emplea en minas que operan de forma ilegal. 

Los precios varían y como siempre los intermediarios son los que se quedan con las ganancias. 

Mientras a los mineros les llegan a pagar entre 700 y 900 pesos el kilo de mercurio, ellos lo revenden en el doble o hasta el triple.  

El mercurio líquido es vendido en botellas de refresco. Una botella de 600 mililitros llena, puede pesar hasta ocho kilos.  

“El crimen organizado ha encontrado un negocio en el mercurio, son ellos quienes están comprando el metal a los mineros de la Sierra y lo revenden o trasladan hasta Sudamérica”, informó un mando de la Guardia Nacional adscrito a la zona.  

El gobierno de Querétaro calcula que unas mil 415 personas se dedican a la extracción de mercurio de forma directa y cuatro mil 245 se ven beneficiados de forma indirecta en todo el estado, específicamente habitantes de los municipios de Pinal de Amoles, Cadereyta, Peñamiller y San Joaquín.  

En junio pasado, el titular de la Secretaría de Desarrollo Sustentable del estado, (SEDESU), Marco Antonio Del Prete Tercero, dijo que trabajan en un proyecto para crear actividades económicas alternas a la minería de mercurio en la Sierra Gorda y proteger al ambiente de la contaminación por el manejo de este metal. 

Pero hasta ahora nada hay de eso. De hecho, al menos desde 2013 se ha hablado de buscar esas alternativas, pero ninguna ha llegado.  

La extracción de mercurio en todo el mundo se debe eliminar a más tardar en 2032 de acuerdo con el Convenio de Minamata, en el que México participa.