Jesús Malverde, el llamado “Bandido Generoso” o “El Santo de los Narcos”, se ha convertido en uno de los principales símbolos del narcotráfico

Rodolfo Torres

Su primer santuario, ubicado en Culiacán, Sinaloa, está ubicado a tan sólo unos metros de la sede del gobierno del Estado. El lugar abarca apenas unos metros y está tapizado de imágenes, fotografías, lápidas de agradecimiento, así como mensajes en papel, listones y veladoras.
Como en todo santuario, la fe está ligada a la mercadotecnia. Antes de entrar hay algunos puestos semifijos que venden tazas, llaveros, gorras, y pulseras con la imagen de Malverde y de algunos capos de la droga.
También hay otros artículos como la llamada “Narco Lotería” que, en lugar de las tradicionales imágenes de este juego de mesa, tiene las de El Chapo Guzmán, Juan José Esparragoza “El Azul”, Benjamín Arellano Félix o el líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, Nemesio Oseguera “El Mencho”.
En la capilla es posible apreciar una mezcla de creencias generadas con el paso del tiempo por los propios devotos.
Hay por igual imágenes de la Virgen de Guadalupe que de la Santa Muerte, sin importar que sean de cultos distintos. También se puede ver a San Martín Caballero o San Judas Tadeo, el Santo de las Causas Difíciles.
La iglesia católica rechaza que Malverde sea un santo, pero a sus fieles eso no les importa, creen en él y sus milagros y por eso además de llevarle sus peticiones también le llevan generosas limosnas e incluso droga que nadie se atreve a tocar.
El dinero que se da en donación, explican los encargados de la capilla, es usado para el mantenimiento del lugar, pero, aseguran, también para actos de caridad.
Según un funcionario del estado, la imagen de Jesús Malverde que conocemos en la actualidad, era la de un empleado gubernamental y no la del bandido que llevaba el nombre de Jesús Juárez Mazo.
La verdad es que a sus devotos no les interesa y en su honor, prácticamente todos los días de la semana se puede escuchar la banda tocando por horas.