El costo del tratamiento oscila entre 0.6 y 0.7 dólares por cada gramo de carbono orgánico total disminuido
Mediante un proceso de electro-oxidación avanzada, investigadores lograron degradar la contaminación del agua generada por el glifosato en su formulación comercial.
Rubén Vásquez, académico de la IBERO Ciudad de México, el Dr. Patricio Espinoza y la Mtra. Verónica Carrera, de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador, así como el Dr. Dorian Prato, de la Universidad Nacional de Colombia realizaron esta investigación experimental colaborativa para el tratamiento de aguas contaminadas con glifosato de formulación comercial, tomando en consideración aspectos económicos y ambientales.
Los resultados se publicaron en el artículo Electro-oxidation of a Commercial Formulation of Glyphosate on Boron-Doped Diamond Electrodes in a Pre-pilot-Scale Single Compartment Cell, en la revista international Water, Air, & Soil Pollution, de la editorial Springer.
En un video publicado en el canal de YouTube de la División de Investigación y Posgrado de la IBERO, el Dr. Rubén Vásquez Medrano presentó los resultados más importantes de esta investigación y explicó: «La degradación del 100% del glifosato se logró en una hora de tratamiento, pero esto no significa que el agua esté libre de intermediarios orgánicos como el AMPA (ácido aminometilfosfónico) y productos de degradación de los aditivos de la formulación comercial”.
Sin embargo, el experimento reveló que 94% de esta materia orgánica contaminante, es decir, el glifosato, sus intermediarios y los aditivos de la formulación, se degradan luego de cinco o seis horas de proceso de electrólisis a densidades de corriente relativamente altas, explicó el académico. El experimento se realizó en una planta prepiloto.
Este tratamiento aumenta la biodegradabilidad en concentraciones medias y bajas (no en altas) de glifosato comercial en el agua. “Su costo oscila entre 0.6 y 0.7 dólares por cada gramo de carbono orgánico total disminuido”. Esto significa que su costo es competitivo y podría llamar la atención de los gobiernos.
El glifosato es un herbicida moderadamente tóxico y potencialmente cancerígeno, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud y la comunidad europea. En zonas agrícolas de América Latina y el Caribe es utilizado para exterminar la maleza. Sin embargo, pone en riesgo a las especies acuáticas y afecta la salud de la humanidad. De ahí la relevancia de este hallazgo que coadyuva a encontrar soluciones para la preservación del medio ambiente.
Para realizar el proceso electroquímico, se requiere de energía proveniente de plantas hidroeléctricas y de energías alternativas como la solar y la eólica para que impacte lo menos posible al medio ambiente. El Dr. Vásquez Medrano no recomienda la energía proveniente de termoeléctricas de gas y carbón porque su huella de carbono es significativamente más alta.