Dos antorchas se dan el relevo de la llama olímpica el 9 de julio de 2021 en la ciudad japonesa de Machida
La llama olímpica llegó a Tokio el 9 de julio para una sombría ceremonia en un estadio vacío, después de que Japón y los organizadores de los Juegos Olímpicos prohibieran la asistencia de espectadores en la mayoría de las pruebas deportivas.
La recta final del revelo recorrió el área metropolitana de Tokio hasta llegar al estadio olímpico para la inauguración de los Juegos Olímpicos, en una modesta ceremonia a puerta cerrada por la Covid-19.
La presentación tuvo lugar en el estadio de atletismo del Parque Olímpico de Komazawa, en el distrito de Setagaya, en un momento en el que la lluvia dio una tregua al reducido grupo de representantes gubernamentales, periodistas y relevistas que estuvieron presentes en el inicio del tramo tokiota, que se prolongará durante 15 días.
Bajo un cielo gris y lluvioso, a exactamente dos semanas de la apertura de los Juegos prevista el 23 de julio, la llama olímpica llegó en una linterna que fue entregada simbólicamente a Yuriko Koike, la gobernadora de Tokio.
«Estoy feliz de que acojamos el relevo de la llama con este legado que mostramos orgullosos en casa y en el extranjero», declaró Koike.
La gobernadora de Tokio, que fue hospitalizada recientemente por agotamiento, tosió tres veces durante el breve discurso y varias más una vez terminado.
La ceremonia fue retransmitida en directo y en línea, junto a la tres veces tiradora paralímpica Aki Taguchi y el extenista Shuzo Matsuoka, primer relevista del tramo tokiota.
Muchos deportistas de todo el mundo esperados en Tokio mostraron su decepción, y algunos, como el tenista australiano Nick Kyrgios, optaron por tirar la toalla.
La disputa a puerta cerrada casi total fue decretada después de una decisión del gobierno japonés de reinstaurar el estado de emergencia sanitaria en Tokio hasta el 22 de agosto, ante el aumento de los casos de covid-19 y la propagación de la variante Delta, más contagiosa.