Pongamos El Desorden: Pero qué necesidad
La pataleta de los gobiernos saliente y entrante deja al descubierto otra de las promesas no cumplidas del presidente López Obrador: reposicionar a México y su imagen en el mundo.
Miguel Camacho @mcamachoocampo
Claudia Sheinbaum heredará del presidente López Obrador un sinfín de pendientes que comprometen el margen de maniobra para su administración. Entre la larga lista de asuntos por atender están: terminar el Tren Maya, terminar el Tren Transístmico, hacer que la refinería de Dos Bocas refine, arreglar el desabasto de medicamentos, ver cómo enfrentar el déficit que deja la administración, la inseguridad. Si sigo me acabaría el espacio.
Por todo lo anterior me parece increíble que la presidenta electa busque, antes de empezar formalmente su gestión, un diferendo diplomático con España debido a que excluyó de la lista de invitados al rey Felipe VI porque el monarca español no le respondió, en el año 2019, una carta en la que le solicitaba ofrecer a los “pueblos originarios” de México una disculpa por los agravios cometidos durante el virreinato.
Como era de esperarse, la reacción del gobierno de uno de nuestros principales socios comerciales, que tiene en el país inversiones directas por más de cuatro mil millones de dólares, fue no mandar representantes a la toma de posesión de nuestra presidenta electa, ya que se dejó fuera, por un berrinche, no a una figura decorativa, sino en términos formales, al máximo representante del Estado español.
Pero dejemos a un lado que la imagen de Claudia Sheinbaum no es muy buena en España, nación en la que la monarquía ha fortalecido su imagen, luego de los escándalos protagonizados por Juan Carlos I. ¿Qué necesidad de complicar las relaciones con un país que puede ser la llave maestra que abra un mundo de oportunidades para México y los mexicanos en el viejo continente?
La pataleta de los gobiernos saliente y entrante deja al descubierto otra de las promesas no cumplidas del presidente López Obrador: reposicionar a México y su imagen en el mundo. Si mi memoria no me falla (ya que lo hace muy seguido), nuestro país tiene relaciones diplomáticas con 192 naciones y que de esos países sólo 16 mandatarios decidieran asistir a la toma de posesión no habla tan bien del trabajo internacional del presidente López Obrador.
Obviamente nadie esperaría que asistieran los 192 mandatarios, sería una pesadilla de logística y seguridad, pero sí se esperaría que estuvieran aquí los mandatarios de países como Canadá, Estados Unidos o de algunos países de Europa.
La pataleta con España también sirvió para que al menos, por un par de días, los mexicanos no habláramos de los pendientes de la administración saliente y la delicada situación en que está el país.
Por el bien de todos espero que bajo la administración del doctor De la Fuente la política exterior se maneje con apego a las reglas de la diplomacia, no bajo arranques ideológicos y que cuando hablemos de diferendos diplomáticos sea porque se defendieron los intereses de México y los mexicanos.
Doctora Sheinbaum le deseo mucho éxito.