En una carta difundida por su abogado, el cofundador del Cártel de Sinaloa sostiene que en la reunión también iba a estar Héctor Melesio Cuen, quien posteriormente fue asesinado
Ismael «El Mayo» Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa, quien está detenido en Estados Unidos, dio a conocer a través de su abogado que el día que lo detuvieron iba a sostener una reunión con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya y con el ex alcalde de Culiacán, Héctor Melesio Cuen, quien ese mismo día fue asesinado en el mismo sitio en que a él lo secuestraron.
La reunión, señaló «El Mayo» la pactó a través de Joaquín Guzmán López, hijo de «El Chapo Guzmán», quien lo traicionó.
En el texto difundido por el periodista Keegan Hamilton de Los Ángeles Times, «El Mayo» explica que buscó ayuda de Joaquín Guzmán López para tener una reunión con las autoridades del estado para resolver «diferencias». El encuentro, se pactó el 25 de julio a las 11:00 de la mañana en el fraccionamiento Huertos del Pedregal, a las afueras de Culiacán.
El Mayo cuenta que llegó un poco antes de la hora y vio a hombres armados vestidos como militares, que creyó eran pistoleros de Joaquín y sus hermanos apodados «Los Chapitos». Él llegó acompañado de por cuatro hombres de seguridad pero sólo entró al fraccionamiento con dos de ellos: José Rosario Heras López, un ex comandante de la policía Judicial del estado y Rodolfo Chaidez, un viejo miembro de su equipo de seguridad.
«Cuando caminaba hacia el lugar de la reunión vi a Héctor Cuen y a uno de sus asistentes. Lo saludé y entramos a una habitación donde había una mesa llena de fruta. Ví a Guzmán López al que conozco desde que era pequeño y me hizo un gesto de que lo siguiera. Por la naturaleza de las personas involucradas lo seguí sin protestar y entramos a un cuarto que estaba oscuro», detalló.
El Mayo dice que tan pronto como entró a esa habitación un grupo de hombres lo golpeó, tiro al piso y le colocaron una capucha negra en la cabeza. Después lo subieron por la fuerza a una camioneta que fue conducida por 20 o 25 minutos y posteriormente lo llevaron a la aeronave que voló con destino a El Paso Texas. En el avión privado sólo iban Joaquín Guzmán, El Mayo y el piloto.
El Mayo sostiene que no se entregó y que fue llevado por la fuerza a Estados Unidos.
Asegura que Héctor Cuen, no fue baleado en una gasolinera durante un robo como ha dicho la Fiscalía de Sinaloa, sino que fue atacado al mismo tiempo y en el mismo lugar en que él fue secuestrado. Asegura que Cuen fue su amigo durante muchos años y lamenta su muerte al igual que la desaparición de sus dos escoltas que entraron con él al fraccionamiento.
El Mayo pide a los gobiernos de México y Estados Unidos ser transparentes con lo relacionado a su detención y los asesinatos de Héctor Cuen y sus dos escoltas así como las demás personas que hayan muerto ese día.
«Hago un llamado a la gente de Sinaloa para mantener la paz en nuestro estado. Nada puede resolverse con la violencia. Ya hemos estado ahí y todos perdemos», finaliza el texto.