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En mayo de 2022, la FGR ofreció una recompensa de 500 mil pesos por información que condujera a su detención.

La Fiscalía General de la República (FGR) acumula más de tres años sin lograr la detención de Gerardo González Ramírez, alias “El Geras”, “El Güero” o “El Apa”, señalado como presunto líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la zona limítrofe entre Zacatecas y Jalisco.

Pese a los constantes operativos desplegados por autoridades de los tres niveles de gobierno —incluyendo la FGR, las Secretarías de la Defensa Nacional y Marina, Guardia Nacional, así como policías estatales de ambas entidades—, González Ramírez ha logrado evadir la justicia en múltiples ocasiones, escapando sin ser herido ni capturado.

Las autoridades atribuyen a “El Geras” la creciente violencia e inseguridad en municipios como Teocaltiche, Villa Hidalgo, Apulco y Nochistlán, donde su grupo ha sembrado el terror. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos y operativos, los únicos avances que se reportan son detenciones de sus sicarios y decomisos de armas, sin novedades sobre el paradero del líder criminal.

En mayo de 2022, la FGR ofreció una recompensa de 500 mil pesos por información que condujera a su detención. Se le responsabiliza de diversos crímenes cometidos en Nochistlán, Apulco y Jalpa, en Zacatecas, así como en Villa Hidalgo, Yahualica de González Gallo y Teocaltiche, Jalisco.

“El Geras” encabeza un grupo armado que ha desplazado a cientos de familias de sus hogares, provocando una crisis humanitaria en varias comunidades. A él se le atribuyen múltiples homicidios, secuestros y enfrentamientos armados tanto con grupos rivales como con fuerzas federales. Su presencia ha sido registrada en varios videos, en los que se le observa movilizándose en camionetas blindadas, escoltado por sicarios fuertemente armados.

En abril de 2024, Dominio Público Noticias reveló un hecho que destapó la profundidad de su red de influencia: Mauro Jáuregui, entonces candidato a la presidencia municipal de Apulco por el partido Movimiento Ciudadano, habría colaborado directamente con “El Geras” para coaccionar a un policía estatal. La propuesta fue clara: pasarse al bando criminal a cambio de liberar a sus familiares secuestrados. El policía fue asesinado poco después. Jáuregui ganó la elección, asumió el cargo… y más tarde huyó, hoy prófugo de la justicia por sus vínculos con el crimen organizado.

El caso de “El Geras” es el reflejo más crudo de una realidad nacional: un Estado superado por el poder del crimen, instituciones debilitadas y una ciudadanía atrapada entre el miedo y el abandono. ¿Cómo es posible que un hombre señalado por tantos delitos continúe libre, moviéndose con tal impunidad? ¿Qué falló? ¿Hay protección desde adentro? ¿Complicidad política?

Cada día que “El Geras” permanece libre, es un día más de impunidad. Y mientras tanto, las comunidades siguen vacías, el miedo sigue presente, y la justicia… sigue ausente.