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Con el paso de los años, la veneración a esta imagen ha ganado seguidores de todos los sectores sociales

Adolfo Torres

El polémico culto a la “Santa Muerte” en México podría tener raíces prehispánicas, pero no fue hasta 1965, en el estado de Hidalgo, que se manifestó abiertamente.
Al inicio, se le relacionó con personas que arriesgan su vida, como delincuentes y policías, pero con el paso de los años ha ganado adeptos entre otros sectores de la población.
Sin embargo, su veneración es condenada por la iglesia católica y cristiana, que la consideran contraria a las enseñanzas bíblicas.
Para el sociólogo Bernardo Barranco, el culto a la muerte es una manifestación religiosa de los problemas sociales en México.
En nuestro país, su principal santuario está ubicado en Tultitlán, Estado de México, donde año con año cientos de devotos le rinden culto a la imponente figura de 22 metros de altura, hecha de fibra de vidrio.
Quienes ahí acuden para pagar mandas o llevar flores, piden respeto a sus creencias, pues dicen, en más de una ocasión, la “niña blanca” los ha sacado de problemas.
Dominio Público y Newslabmx presentan un acercamiento a este fenómeno social.