En el ranking elaborado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal aparecen otras ocho ciudades del país

Colima, capital de estado del mismo nombre, lidera con 181 mil 94 homicidios por cada 100 mil habitantes el «Ranking 2022 de las 50 ciudades más violentas del mundo», presentado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.

«Por sexto año consecutivo, una ciudad mexicana es la más violenta del mundo. En 2022, esa ciudad mexicana más violenta del mundo fue Colima», indicó este lunes José Antonio Ortega, presidente del organismo, en conferencia virtual.

Con casi 182 homicidios por cada 100 mil habitantes, fue la ciudad más violenta del mundo el año pasado. La tasa de 181.94 homicidios por cada 100 mil habitantes de Colima es la tercera mayor registrada desde que en 2009 se realiza el ranking de las 50 ciudades (de más de 300 mil habitantes) más violentas del mundo.

Después de Colima están Zamora, Michoacán; Ciudad Obregón, Sonora; Zacatecas capital; Tijuana, Baja California; Celaya, Guanajuato; Uruapan, Michoacán; Juárez, Chihuahua y Acapulco, Guerrero.

El récord de la tasa de homicidios lo tiene Ciudad Juárez, cuando en 2010 alcanzó los 229 homicidios por cada 100 mil habitantes. De acuerdo con José Antonio Ortega, la edad promedio de víctimas de homicidio en México se ubica entre los 21 y 35 años.

Además de las ciudades incluidas en el ranking, hay otras mexicanas que no llegan a los 300 mil habitantes, pero tienen tasas por encima de los 100 homicidios por cada 100 mil habitantes, como es el caso de Guaymas (158) y Fresnillo (140).

Al leer los resultados de la investigación, José Antonio Ortega sostuvo que la peor de las políticas fallidas aplicadas al tema de seguridad pública es la del presidente Andrés Manuel López Obrador: “abrazos, no balazos”.

No existe antecedente en el mundo de un gobierno nacional -como hoy ocurre en México- haya adoptado como política de seguridad pública la de dar manos libres a los criminales para que ejerzan violencia y encima lo proclame abiertamente. Por el contrario, en los países que no han seguido políticas complacientes con los criminales, ha habido progresos notables, aseguró.