Descansarán el patio principal de la iglesia, donde actualmente están los restos del sacerdote Andrés Lara

Los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar fueron enterrados este lunes en el atrio del templo San Francisco Javier en la comunidad de Cerocahui, donde sirvieron por 50 años.

“¡Que viva el padre Gallo! ¡Que viva el padre Morita! ¡Que viva la paz!”, gritaron después de aplaudirles a los sacerdotes jesuitas asesinados hace una semana por el crimen organizado que opera en esta región de Chihuahua.

La gobernadora María Eugenia Campos, asistió a la ceremonia religiosa y se retiró durante el entierro de los dos sacerdotes, mientras que el resto de los representantes jesuitas, gobernadores indígenas y más de una centena de pobladores se mantuvieron en el lugar.

La noche del domingo, se llevó a cabo la velación, donde los pobladores estuvieron realizando una guardia, como la purificación del templo, por más de 12 horas continúas, y por la mañana del lunes, optaron por iniciar con la excavación de las fosas donde serían colocados los cuerpos

Los cuerpos descansarán el patio principal de la iglesia, donde actualmente ya descansa el sacerdote Andrés Lara, que fue uno de los fundadores de la iglesia y quien murió en Guadalajara pero pidió que sus restos fueran trasladados a esta comunidad, así como Sixto Jáquez, quien también descansa en el centro del patio principal.