En la ruta a 2027, todo indica que Esthela Damián dejó de ser solo una posibilidad. Ya empezó a convertirse en la apuesta presidencial para Guerrero.
Raúl García Araujo @araujogar
La elección de 2027 será la primera donde la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo mueva directamente a sus operadores políticos para consolidar su proyecto. Y una de sus cartas más importantes para ese proceso es Esthela Damián, actual subsecretaria de Prevención de las Violencias de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Esthela no llegó ahí por casualidad. Es parte del equipo de Sheinbaum desde la Ciudad de México y una de sus mujeres de mayor confianza. Ha trabajado en la base del proyecto que convirtió a Sheinbaum en la primera presidenta de México.
No hace escándalo. No busca reflectores. Su lealtad y disciplina la tienen hoy al lado de uno de los funcionarios más fuertes del gabinete: Omar García Harfuch. Ambos están en el corazón de la estrategia federal de seguridad y bajo la mirada directa de la presidenta.
Sheinbaum ya tiene mapeado el 2027. Quiere cerrar su gobierno con fuerza, resultados y estados alineados a su visión. Por eso está preparando a quienes pueden operar en serio. Entre ellos, Esthela Damián.
En Guerrero, su nombre suena cada vez más. No por grilla, sino por trabajo. Tiene aceptación social, cercanía con la gente y presencia real en territorio. Morena lo sabe: es una carta sólida para mantener la gubernatura.
Mientras otros se promueven, Esthela trabaja. Recorre el país con la estrategia de prevención del delito.
Las Zonas de Paz que impulsa incluyen salud, educación, deporte, cultura e intervención casa por casa. Se identifican jóvenes en riesgo y se les conecta con oportunidades reales.
En estas jornadas participan los tres órdenes de gobierno, la Guardia Nacional, SEDENA y los programas sociales.
Y ese modelo encaja perfectamente con la lógica presidencial: atender las causas, combatir la desigualdad y prevenir la violencia desde la comunidad.
Esthela Damián habla con la gente, recorre colonias, escucha, y sobre todo, resuelve. Esa cercanía es la que ha generado un arraigo que otros perfiles no tienen.
Por eso en Guerrero empiezan a cerrar filas. Líderes sociales, jóvenes, estructuras territoriales y sectores académicos reconocen que, si la presidenta apuesta por Esthela Damián, no es por compromiso político, sino por resultados. Sheinbaum no regala espacios: los confía a quien le responde con trabajo.
En la ruta a 2027, todo indica que Esthela dejó de ser solo una posibilidad. Ya empezó a convertirse en la apuesta presidencial para Guerrero.
En Cortito: Nos cuentan que el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo, no fue solo un crimen: fue un desafío directo al Estado mexicano.
Y esta vez, el crimen organizado se encontró con una presidenta que no vacila. Claudia Sheinbaum Pardo reaccionó de inmediato, dio instrucciones precisas y activó una respuesta federal que ya está en marcha.
Durante su conferencia matutina, la mandataria anunció el Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, una estrategia integral que no solo va por los responsables del atentado, sino por la reconstrucción completa del territorio. La instrucción presidencial fue clara: coordinación, inteligencia y resultados.
Sheinbaum dejó en firme que en Michoacán no habrá impunidad. Confirmó el envío de más elementos de la Guardia Nacional a Uruapan, así como una operación conjunta entre la Federación, el estado y los municipios para retomar el control.
No se trata de despliegues mediáticos ni espectáculos militares: son acciones reales, con investigación, tácticas y seguimiento.
La respuesta federal ya comenzó. Y los responsables tendrán consecuencias.
La estrategia será encabezada por uno de los funcionarios de mayor confianza de la presidenta, Omar García Harfuch, quien tiene la misión directa de identificar y detener a los líderes criminales responsables de este vil y cobarde homicidio.






