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Es posible que cerca de 100 mil toneladas arriben directamente a la costa de nuestro país durante 2025: Brigitta I. van Tussenbroek, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología en la Unidad de Puerto Morelos, Quintana Roo

2025 podría marcar un nuevo récord en la llegada masiva de sargazo a las playas del Caribe mexicano, advierte la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). De continuar las condiciones actuales, la cantidad de esta macroalga superaría incluso lo registrado en 2018, considerado hasta ahora el peor año en materia de recales.

De acuerdo con datos del Laboratorio de Oceanografía Óptica de la Universidad del Sur de Florida, hasta mayo de 2025 se habían contabilizado alrededor de 37.5 millones de toneladas de sargazo flotando en el Gran Cinturón del Atlántico, una zona de concentración que ha ido en aumento.

Brigitta Ine van Tussenbroek, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, destacó que este fenómeno representa una amenaza crítica para los ecosistemas costeros, en particular para los pastos marinos, esenciales para la estabilidad de las playas y la reproducción de diversas especies marinas.

“El sargazo forma verdaderas barreras que bloquean la luz solar, alteran los procesos químicos del agua y asfixian los pastos marinos al acumularse y descomponerse en la zona litoral”, explicó Van Tussenbroek, quien encabeza el Laboratorio de Pastos Marinos. Este centro realiza investigaciones sobre los efectos del sargazo en los ecosistemas submarinos y su relación con la erosión de las costas.

La especialista subrayó que la desaparición de estos pastos impacta directamente a especies clave como camarones, peces y langostas, al mismo tiempo que deja vulnerables a las playas frente a tormentas y oleajes, al perderse la capacidad de retención de sedimentos que brindan estas plantas.

A través de un sistema de cultivo controlado, el equipo del laboratorio estudia cómo reacciona el sargazo ante variaciones en temperatura, salinidad y nutrientes. Uno de los hallazgos más relevantes es que, en condiciones propicias —28°C de temperatura, 30 unidades de salinidad y una combinación de nitrógeno, fósforo y hierro—, la macroalga puede duplicar su biomasa en apenas cinco días y medio.

“La dinámica del sargazo a escala atlántica es muy compleja. En el Gran Cinturón de Sargazos influyen las descargas de ríos como el Amazonas, lo que hace que estas aguas sean más cálidas y menos salinas que las del mar de los Sargazos, donde originalmente se formaba esta alga”, explicó Van Tussenbroek.

Gracias a los avances científicos, también ha sido posible desarrollar algoritmos para detectar con mayor precisión los mantos de sargazo en mar abierto, lo que contribuye a diseñar estrategias de prevención y control más eficaces.

“Lo que hacemos desde la ciencia es esencial para entender y enfrentar este fenómeno que cada año cobra mayor fuerza y que pone en riesgo a comunidades costeras y ecosistemas marinos por igual”, concluyó la investigadora.