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En sus mantas colocan su mercancía, por lo general, productos chinos y comienzan a ofrecerlos, mientras otras personas, fungen como vigilantes con radios que alertan de la presencia de inspectores 

Por NewsLabmx

La imagen se repite todos los días, casi todas las horas, en el primer cuadro del Centro Histórico de la ciudad de México: comerciantes ambulantes que juntan la mercancía que exhiben en una manta en el piso, y corren a resguardarse en locales, iglesias o donde pueden para evitar ser detenidos.

El comercio ambulante está prohibido en el Centro Histórico de la ciudad de México. O al menos eso dicen las autoridades, que desde hace décadas, intentan o simulan que intentan contener este fenómeno.

Datos de la Secretaría de Economía revelan que durante el primer trimestre de 2025, el ambulantaje en la ciudad de México, creció un 28.6 por ciento en comparación con el primer trimestre de 2021. Es decir 37 mil 800 nuevos vendedores informales en las calles.

El equipo de NewsLabmx y Dominio Público grabaron durante diferentes días lo que pasa en esta zona de la ciudad, donde está Palacio Nacional, La Catedral Metropolitana y demás edificios históricos.

Los ambulantes se instalan después de las 10:00 de la mañana. En sus mantas colocan su mercancía, por lo general, productos chinos y comienzan a ofrecerlos, mientras otras personas, fungen como vigilantes con radios que alertan de la presencia de inspectores de la alcaldía Cuauhtémoc.

Cuando los ven, la alerta se emite de inmediato y los vendedores comienzan a correr para resguardarse y evitar que los detengan. Pero algunos no se salvan y es cuando, dicen los vendedores, les piden dinero a cambio de no presentarlos ante un juez cívico.

Los vendedores aseguran que lo único que hacen es ganarse la vida, pero otros consideran que son una competencia desleal pues no pagan lo que un comerciante establecido y por eso pueden vender más barato.

Un debate que lleva años.