El patrón de violencia y desaparición en la región es constante, con incidentes cada dos semanas.
La violencia y las desapariciones en Teocaltiche han obligado a decenas de familias a huir. La disputa entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa, junto con la colusión de autoridades, mantiene a la población en riesgo constante.
David Coronado, investigador de la Universidad de Guadalajara, asegura que la región se ha convertido en un punto estratégico para el trasiego de drogas, donde jóvenes son reclutados como halcones o sicarios y adultos obligados a trabajar en la producción de metanfetaminas y fentanilo.
“Se llevan a personas por deudas, por supuesta colaboración con el cártel contrario o simplemente como recambio de fuerza de trabajo. En Jalisco hay por lo menos 320 casos donde el Estado participó directa o indirectamente en desapariciones”, advirtió.
El caso de Pedro Antonio Ruiz ejemplifica el peligro: en marzo de este año, su hermano de 17 años fue asesinado por un comando mientras defendía a otro familiar que fue secuestrado y recuperado horas después.
Pedro y su familia tuvieron que mudarse, pero semanas después un nuevo comando irrumpió en su casa, amenazando a su hija de cuatro años y rafagueando la fachada. Tras esto, se vio obligado a abandonar Teocaltiche.
“Muchas desapariciones y el gobierno no hace nada. Están a un paso de lo que pasa y jamás llegan”, dijo Pedro.
El patrón de violencia y desaparición en la región es constante, con incidentes cada dos semanas, dejando en evidencia la colusión entre grupos criminales y algunos elementos del Estado, y manteniendo a las familias en constante temor y desplazamiento.