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Aquí la radiografía de su promesa de paz en el municipio.

Pablo Lemus anunció que la próxima semana visitará el municipio de Teocaltiche. Llegará tarde y a un escenario peor que el que prometió cambiar.

El pasado 7 de junio se cumplió el plazo que el gobernador de Jalisco se impuso públicamente para “pacificar” Teocaltiche.

Desde esa promesa, hecha el 23 de abril, la violencia no sólo no cesó, sino que se intensificó: 25 homicidios dolosos, entre ellos el asesinato de tres funcionarios municipales, desapariciones forzadas, incursiones armadas a plena luz del día, y un territorio aún controlado por el crimen organizado.

Entre las víctimas están el director de la Policía, Ramón Grande Moncada; el secretario del Ayuntamiento, José Luis Pereira; y la regidora Cecilia Ruvalcaba. Ninguno de los crímenes ha sido esclarecido.

En las semanas siguientes al vencimiento del plazo, la violencia no se detuvo. El 10 de junio, una mujer fue asesinada en pleno centro del municipio. Cuatro días después, otro fallecimiento por arma de fuego evidenció nuevamente la fragilidad del entorno.

El domingo 16 de junio, pobladores reportaron la presencia de camionetas con hombres armados y la privación ilegal de la libertad de dos jóvenes. Un dron captó el momento en que presuntos sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se llevaban por la fuerza a uno de ellos. A pesar del operativo policial en la zona, no hubo respuesta de las autoridades.

La tarde del lunes siguiente, otra persona fue secuestrada en plena calle mientras trabajaba en una construcción. Rogelio Silva Tejeda, de 26 años, fue golpeado y levantado sin que ningún cuerpo de seguridad interviniera.

Mientras tanto, el sistema de justicia también falla. Dos presuntos integrantes de la banda de “El Coyote” —a quienes la policía estatal presentó como generadores de violencia— fueron liberados por un juez federal por irregularidades en las detenciones.

El municipio también enfrenta una grave crisis institucional. No se han podido cubrir las 15 bajas de policías municipales ocurridas este año. Aunque se abrieron 20 nuevas plazas, la convocatoria no ha tenido respuesta. Desde el secuestro de ocho elementos en febrero —cuatro de ellos hallados sin vida—, la inseguridad se ha profundizado.

El territorio continúa en disputa entre células del CJNG y del Cártel de Sinaloa, mientras la presencia del Estado es insuficiente y los resultados de la estrategia de pacificación siguen sin ser claros.

Hasta el momento, ni el gobernador Lemus, ni el fiscal estatal, ni el secretario de Seguridad han ofrecido un informe detallado sobre avances. Lo que sí se sabe es que Lemus irá a Teocaltiche… aunque llegará tarde y encontrará un municipio al borde del colapso.