Aunque autoridades estatales y federales han reforzado la presencia de seguridad con operativos conjuntos, la violencia persiste.
En Teocaltiche, la violencia que golpea a este municipio de Los Altos de Jalisco no da tregua. En los últimos días, los grupos criminales que disputan el control de la zona intensificaron no solo sus enfrentamientos, sino también la guerra de mensajes en los que se culpan mutuamente de los ataques contra la población civil.
En un comunicado difundido en la región, presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) aseguraron que no cometen agresiones contra habitantes inocentes y señalaron directamente a un grupo rival del Cártel de Sinaloa, liderado localmente por Mario González, de estar detrás de asesinatos, desapariciones, extorsiones y robos de vehículos.
El texto, que también incluye amenazas contra integrantes de la organización contraria, refleja la pugna entre ambos cárteles por el control territorial en Teocaltiche, Belén del Refugio y Jesús Aguirre.
Estas comunidades forman parte de un corredor estratégico que conecta con los estados de Zacatecas y Aguascalientes, lo que ha convertido a la región en un punto clave para el tráfico de drogas y armas.
Las confrontaciones entre el CJNG y el Cártel de Sinaloa en Los Altos de Jalisco no son nuevas. En el presente año, Teocaltiche se ha convertido en escenario de balaceras, emboscadas y ataques armados, lo que ha provocado desplazamientos forzados de familias enteras y un clima de miedo constante entre la población.
Aunque autoridades estatales y federales han reforzado la presencia de seguridad con operativos conjuntos, la violencia persiste. Habitantes han denunciado que los enfrentamientos suelen ocurrir en calles y carreteras del municipio, lo que paraliza las actividades cotidianas y genera un ambiente de incertidumbre.
La confrontación ha derivado en un incremento de asesinatos y desapariciones, mientras que sectores productivos como la agricultura y el comercio local se ven afectados por la falta de condiciones de seguridad. En este escenario, la población civil sigue siendo la más golpeada por una disputa que parece no tener fin.