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La violencia en el municipio lejos de disminuir se ha recrudecido.

Mientras el gobierno de Pablo Lemus asegura que en Los Altos de Jalisco se respira un ambiente de “pacificación”, la realidad que enfrentan los habitantes de Teocaltiche es muy distinta: asesinatos, desapariciones y la presencia de grupos criminales que incluso difunden comunicados para deslindarse de la violencia.

El coordinador estratégico de seguridad de Jalisco, Roberto Alarcón, declaró que el municipio está “pacificado”, aunque reconoció la existencia de hechos violentos.

“Se ha aumentado la presencia de la Policía Estatal, de la Guardia Nacional y de la Defensa en conjunto con las policías municipales. Se están redoblando los esfuerzos de patrullaje, de presencia para tratar de acabar con esta incidencia que efectivamente se ha mostrado en estos últimos días, y me parece que con algunos eventos como los que ya ustedes conocen, en Teocaltiche está pacificado”, afirmó.

No obstante, los hechos contradicen esa versión: 12 mujeres han sido asesinadas a tiros en lo que va del año, mientras que dos elementos de vialidad permanecen desaparecidos desde julio.

La violencia lejos de disminuir se ha recrudecido. En las calles circulan camionetas con hombres armados sin que ninguna autoridad los detenga, y los grupos del crimen organizado se disputan la zona mediante mensajes en los que se acusan mutuamente de los ataques contra la población civil.

En uno de estos comunicados, presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) aseguraron que no agreden a inocentes y responsabilizaron a un grupo rival ligado al Cártel de Sinaloa, encabezado por Mario González, de asesinatos, desapariciones, extorsiones y robos de vehículos.

La contradicción es evidente: mientras las familias de Teocaltiche lloran a sus muertos y exigen seguridad, el gobierno estatal insiste en hablar de “pacificación”. Para los pobladores, esa palabra no es más que una burla frente a la impunidad que domina la región.