Ayotzinapa, una década de injusticia
Los padres de los 43 estudiantes aún claman por justicia, mientras los informes oficiales se contradicen.
Por Gabriela Díaz | Reportera
El caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, ocurrido entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, ha dejado una huella imborrable en la historia de México. Han pasado diez años y aún no se sabe con certeza el paradero de los jóvenes.
El secuestro, tortura y asesinato de los estudiantes por policías municipales coludidos con el crimen organizado, generó una serie de investigaciones que no han dado respuestas claras. El dolor de los padres persiste y las fallas del Estado mexicano son evidentes.
El caso Ayotzinapa trascendió los sexenios de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador. El expresidente defendió la investigación oficial conocida como «verdad histórica», la cual fue desacreditada por expertos y familiares de los desaparecidos. López Obrador, por su parte, reconoció que, aunque hubo avances, no se logró resolver el caso.
Diez años sin respuestas
En la última década, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) han participado en la investigación. Sin embargo, las recomendaciones de la CNDH han sido ignoradas y los informes del GIEI han sido duramente criticados por los gobiernos en turno.
Durante los últimos diez años, los padres de los estudiantes han mantenido viva la esperanza de encontrar a sus hijos. Han exigido a las autoridades que sigan con las investigaciones, pero el caso ha caído en un estancamiento evidente. La herencia de este caso recae ahora en el gobierno de Claudia Sheinbaum, quien asumirá la presidencia de México en los próximos días.
La «verdad histórica», defendida por Peña Nieto, sostenía que los estudiantes fueron asesinados y sus cuerpos incinerados en el basurero de Cocula. Sin embargo, esta versión fue cuestionada por organismos internacionales que señalaron la falta de pruebas suficientes para sostener esa hipótesis.
La noche de terror en Iguala
Los hechos de la noche del 26 de septiembre de 2014 comenzaron cuando los estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa intentaron apoderarse de autobuses para participar en una manifestación en la Ciudad de México. Sin embargo, su plan fue frustrado por la intervención violenta de la policía de Iguala, en coordinación con el grupo criminal Guerreros Unidos.
En medio de la represión, los 43 estudiantes fueron detenidos por la policía y entregados al grupo criminal, quienes se encargaron de desaparecerlos.Desde entonces, el paradero de los jóvenes sigue siendo desconocido, a pesar de los esfuerzos de varias instituciones y organismos internacionales.
El 7 de noviembre de 2014, el entonces procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, presentó la versión oficial del caso, conocida como «verdad histórica». Según esta versión, los estudiantes fueron asesinados y cremados por Guerreros Unidos en un basurero en Cocula. Sin embargo, la declaración generó polémica, ya que se basó en confesiones obtenidas bajo tortura.