La Fiscalía del Estado de Jalisco informó que la investigación sigue abierta
A pesar de que ha sido señalado como presunto autor material de dos crímenes que sacudieron a Teocaltiche —el del secretario general del Ayuntamiento, José Luis Pereida Robles, y el de la regidora y jefa de enfermeras Cecilia Ruvalcaba—, la detención de Francisco N., alias “El Coyote”, ha despertado más dudas que certezas.
El pasado lunes, el hombre de 38 años fue detenido por elementos de la Policía del Estado mientras caminaba por las calles Puma y Panamá, en la colonia Los Arcos, según el parte oficial.
Lo que llama la atención es que, según la versión de los policías, fue arrestado simplemente por llevar fajada a la cintura una pistola cuyo mango era visible a simple vista. Esta versión ha generado escepticismo, dado que se trata de un individuo al que, presuntamente, se le atribuye participación directa en homicidios de alto impacto.
La Fiscalía del Estado informó que la investigación sigue abierta y que aún no hay elementos concluyentes que confirmen su participación en los asesinatos.

Familiares del detenido niegan que sea delincuente
La clave estaría en el arma que le fue asegurada: una pistola calibre 9 milímetros con diez cartuchos útiles, la cual está siendo analizada por el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses para determinar si corresponde a los casquillos encontrados en las escenas del crimen.
“Todavía no se precisa que este sujeto detenido haya tenido alguna relación, tampoco se descarta”, reconoció el coordinador del Gabinete de Seguridad, Roberto Alarcón, al ser cuestionado sobre el caso. Aclaró que los peritajes siguen en proceso tanto a nivel estatal como federal, con la esperanza de determinar si hay una coincidencia balística.
El Gobierno de Jalisco lo identifica como uno de los atacantes en ambos hechos. En el primer caso, ocurrido el 28 de abril, señalan que fue quien disparó contra el secretario general del Ayuntamiento en un restaurante de mariscos. En el segundo, ocurrido el 8 de mayo, se le ubica como uno de los cuatro agresores que irrumpieron en el hospital comunitario para asesinar a la regidora.
Sin embargo, hasta ahora, no hay pruebas públicas o confirmadas que lo vinculen directamente con estos crímenes más allá de testimonios no oficiales y la posesión de un arma cuya relación con los asesinatos aún está por comprobarse.
La aparente facilidad con la que fue detenido —sin resistencia, sin persecución, y con un arma a la vista en plena vía pública— contrasta con la gravedad de los delitos que se le atribuyen, lo que ha generado cuestionamientos sobre si realmente se trata del autor material o si su captura responde más a la necesidad de presentar un avance en investigaciones que han causado indignación y presión pública.
Sus familiares y amigos, sostienen que el detenido se gana la vida atendiendo un negocio de videojuegos y reparando consolas de video.
Mientras tanto, el caso permanece abierto, y tanto la Fiscalía como las autoridades forenses deberán presentar pruebas más sólidas si buscan sostener la acusación en tribunales. Por ahora, la detención de “El Coyote” deja más preguntas que respuestas.