Nissan anunció una pausa en la producción de dos camionetas para el mercado estadounidense mientras que el gigante automotriz Stellantis, nacido de la fusión de las antiguas Fiat, Chrysler y PSA, también toma medidas
El gigante automotriz Stellantis, nacido de la fusión de las antiguas Fiat, Chrysler y PSA, anunció el despido temporal de 900 trabajadores en cinco instalaciones de Estados Unidos tras el anuncio arancelario del presidente Donald Trump, al tiempo que pausará de forma temporal la producción en una planta de ensamblaje en México y otra en Canadá.
La compañía confirmó que a consecuencia de los aranceles de EU al sector del automóvil tiene que pausar “de forma inmediata” la producción en la planta (canadiense) de Windsor, medida que se ampliará a otros centros de trabajo en Canadá y México.
«Acciones inmediatas tienen que ser adoptadas, incluido la pausa temporal de la producción en algunas de nuestras plantas de montaje canadienses y mexicanas, lo que impactará a varias de nuestras instalaciones de ejes motor y estampado en Estados Unidos.», señaló la compañía en un comunicado.
Por su parte, Nissan Motor informó que detendrá los nuevos pedidos de dos modelos de SUV Infiniti fabricados en México para el mercado estadounidense.
La automotriz japonesa dijo que está pausando cualquier pedido adicional en Estados Unidos de los SUV Infiniti QX50 y QX55 para el mercado estadounidense ensamblados en su planta conjunta COMPAS en Aguascalientes.
Estos modelos podrían tener ya aranceles de hasta 52 por ciento, sumando los anuncios de Trump de marzo y abril.
Sin embargo, Nissan espera que la producción de estos modelos siga para ser vendidos en otros mercados. Nissan también dijo que mantendrá dos turnos de producción del SUV Rogue en su planta de Smyrna, Tennessee.
Previamente la compañía había anunciado planes para poner fin a uno de los dos turnos a finales de este mes, aunque ahora dio marcha atrás.






