Uno de los presuntos atacantes murió y el segundo se encontraba en estado crítico, según la policía
Al menos doce personas murieron en un tiroteo el domingo en Bondi Beach, una de las playas más populares de Australia, situada en Sidney, informó la policía, que anunció la presencia de dos presuntos atacantes.
Además, otras 129 personas resultaron heridas y fueron trasladadas a distintos hospitales, informó la policía de Nueva Gales del Sur.
Mal Lanyon, jefe de la policía de Nueva Gales del Sur, confirmó que el ataque ocurrió alrededor de las 18:47 horas local (1:47 CDMX) en el parque Archer, junto a la playa de Bondi, durante una celebración por el inicio de la festividad judía de Janucá en la que se encontraban cerca de un millar de personas.

La policía confirmó asimismo el hallazgo de artefactos explosivos improvisados en un vehículo presuntamente vinculado a uno de los atacantes, que está siendo analizado por especialistas en desactivación de explosivos, mientras continúa un amplio despliegue de seguridad en distintos puntos de Sídney.
Ahmed El Ahmed, un australiano de 43 años, padre de dos hijos y propietario de una tienda de frutas y verduras en Sutherland, logró desarmar valerosamente a uno de los atacantes, arrebatándole su fusil y salvando potencialmente muchas vidas.
Durante un ataque terrorista antisemita perpetrado en Bondi Beach, Sídney (Australia), en medio de la celebración judía de Hanukka, criminales abrieron fuego, asesinando al menos a 11 personas y dejando a otras 29 heridas. En este video se observa a un valiente ciudadano que se… pic.twitter.com/s1jbyTI9ap
— María Fernanda Cabal (@MariaFdaCabal) December 14, 2025
Fue alcanzado por dos disparos, uno en el hombro y otro en la pierna, efectuados por un segundo tirador. Ha sido operado y su estado es estable.
El presidente israelí, Isaac Herzog, calificó el tiroteo de «ataque cruel contra los judíos» y pidió a las autoridades australianas que refuercen la lucha contra el antisemitismo.
En el mismo sentido, el jefe de la Asociación Judía de Australia, Robert Gregory, declaró a medios locales que el tiroteo fue «una tragedia, pero completamente previsible» y denunció que el Gobierno «no tomó las medidas adecuadas para proteger a la comunidad judía».






