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Juan Alfonso Adame González, residente del Hospital Agustín O´Horán de Mérida, falleció mientras cumplía una misión humanitaria rumbo a Texas

Juan Alfonso Adame González, joven médico mexicano, se sumó a la lista de víctimas del accidente aéreo ocurrido en Galveston, Texas, cuando la aeronave-ambulancia de la Secretaría de Marina se dirigía a Estados Unidos para atender a un niño con quemaduras graves.

Juan Alfonso, residente del Hospital General Agustín O´Horán de Mérida, fue identificado como uno de los cinco fallecidos tras el desplome del avión de la Secretaría de Marina (Semar) ocurrido el lunes en Galveston, Texas. El médico viajaba como parte del equipo sanitario que acompañaba a un paciente pediátrico en un traslado médico especializado desde Yucatán hacia un hospital estadounidense.

La confirmación del fallecimiento fue hecha por su tío, Román González Rubio, quien compartió en redes sociales un mensaje de despedida que rápidamente se viralizó. En su publicación recordó al médico como un profesional comprometido y solidario, que perdió la vida «haciendo su trabajo, apoyando siempre con muy buena actitud a sus semejantes».

Juan Alfonso era originario de Tomatlán, Jalisco y realizaba su residencia en Mérida, donde se había ganado el reconocimiento de sus compañeros por su ética profesional y cercanía con los pacientes.

De acuerdo con información oficial de la Secretaría de Marina, la aeronave realizaba un vuelo de carácter humanitario en coordinación con la Fundación Michou y Mau, organización dedicada a la atención de niñas y niños con quemaduras severas. El avión trasladaba a un menor desde Mérida hacia Galveston para recibir atención médica especializada.

En el accidente perdieron la vida el médico Juan Alfonso Adame Gonzáleztres elementos de la Marina y el paciente pediátrico. Dos mujeres sobrevivieron y permanecen hospitalizadas bajo atención médica, mientras que una persona continúa reportada como no localizada.

La comunidad médica del Hospital Agustín O´Horán expresó públicamente su pesar por la pérdida del joven galeno. A través de redes sociales, compañeros y amigos destacaron que su muerte enluta al gremio, pero también deja una profunda reflexión sobre el compromiso real con la medicina.

«Su fallecimiento nos recuerda que existen profesionales de la salud que entienden su labor como un acto genuino de servicio y amor al prójimo«, se lee en uno de los mensajes difundidos por el personal del hospital. En otra publicación se subrayó que hoy se honra no solo al médico, sino al ser humano íntegro que eligió estar donde más se le necesitaba.