El programa beneficiará a 1.5 millones de pequeños productores con apoyo técnico, maquinaria comunitaria y canales de venta cooperativos
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó el programa nacional “El maíz es la raíz”, una estrategia que busca conservar y aumentar la producción del maíz nativo en México, beneficiando a 1.5 millones de pequeños productores, en su mayoría ejidatarios y comuneros.
El plan contempla asesoría técnica, maquinaria de uso colectivo y capacitación para la comercialización con valor agregado.
Durante la presentación realizada en Palacio Nacional, donde se exhibieron distintas variedades de maíz nativo, la mandataria subrayó la importancia de mantener vivas las prácticas tradicionales de cultivo. Recordó que en el país existen miles de campesinos con parcelas de una o dos hectáreas que históricamente siembran la milpa —maíz, calabaza y frijol— para el autoconsumo, y que muchos han sustituido el uso de semillas propias por las comerciales.
Sheinbaum explicó que el programa promoverá el uso de maquinaria adaptada a cada región, evitando el uso de tractores grandes en terrenos donde no son necesarios. Se impulsará un modelo de equipamiento colectivo, en el que un conjunto de diez productores comparta la misma herramienta, fortaleciendo así la organización comunitaria y la soberanía tecnológica en el campo.
El plan también busca que los productores obtengan mayores ingresos al transformar su excedente en productos con valor agregado, como tostadas, totopos o tortillas con sello de maíz nativo. Para ello, el Instituto Nacional de la Economía Social (INAES) acompañará la creación de cooperativas rurales que faciliten la venta directa y eliminen la dependencia de intermediarios.
Por su parte, María Luisa Albores González, directora general de Alimentación para el Bienestar, señaló que el maíz nativo fue relegado durante décadas de políticas neoliberales. Explicó que el Plan Nacional del Maíz Nativo fortalecerá los sistemas agroalimentarios comunitarios mediante el intercambio de saberes y la transformación de los productos, para asegurar la continuidad de las variedades criollas.
La estrategia se implementará por etapas en ocho regiones del país, iniciando en 2026 en el sureste y el Pacífico Sur, con una meta de 677 mil productores en 437 municipios. Hacia 2030, se espera alcanzar a 1.4 millones de beneficiarios y aumentar en un 50 por ciento la producción nacional de maíz nativo.






