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Familiares de las víctimas y habitantes de la región han denunciado indiferencia institucional y omisiones en la búsqueda.

Han pasado ocho meses desde la desaparición de ocho policías municipales de Teocaltiche y un chofer, ocurrida el 18 de febrero de este año, y la investigación continúa sin resultados concretos ni detenciones de los responsables.

La Vicefiscalía de Personas Desaparecidas de Jalisco informó que se han realizado más de 60 entrevistas dentro de la carpeta de investigación y que se mantienen operativos en municipios de la región Altos Norte, como Lagos de Moreno, Tepatitlán, Jalostotitlán y Teocaltiche, además de colaboraciones con autoridades de otros estados.

Sin embargo, pese a estos esfuerzos, cuatro de los policías siguen desaparecidos, al igual que el chofer que los trasladaba a Guadalajara para realizar sus exámenes de control y confianza.

La titular de la dependencia, Blanca Jacqueline Trujillo Cuevas, reconoció que aún no existen indicios sólidos sobre su paradero y que las búsquedas continúan bajo la premisa de que las víctimas siguen con vida:

“No podemos presumir de ninguna manera la muerte de ninguna persona, porque estaríamos violentando los protocolos… Si hubieran perdido la vida, ya habríamos hallado algún vestigio biológico de ellos, lo cual no ha sucedido”, afirmó.

El caso estremeció al estado cuando, un día después de la desaparición, fueron encontrados los cuerpos de cuatro de los policías dentro de bolsas negras sobre un tramo carretero de Teocaltiche. Desde entonces, no ha habido un solo detenido ni una línea clara de investigación sobre los responsables.

Familiares de las víctimas y habitantes de la región han denunciado indiferencia institucional y omisiones en la búsqueda, pues aseguran que, más allá de los comunicados oficiales, no existen resultados reales ni presencia constante de las autoridades en la zona.

Teocaltiche, al igual que otros municipios de Los Altos de Jalisco, enfrenta desde hace años una violencia persistente derivada de disputas entre grupos del crimen organizado, lo que ha dejado un clima de miedo y silencio entre la población.

A ocho meses de los hechos, la investigación parece estancada y las familias siguen exigiendo lo más básico: verdad, justicia y la presentación con vida de sus seres queridos.