Una persona que conoce a «Alito» desde la juventud, comparte con Dominio Público cómo es, sus excesos, sus resentimientos, su forma de hacer política

Todo México está conociendo a Alito, yo lo hice hace unos años cuando aún le lavaba el Cutlass a Gaspar para que este se lo prestara para rolar por el malecón de Campeche, estaba en la misma fiesta de la que salió junto con Eliseo para golpear brutalmente a los Roche.

Conozco bien a Alito, lo conozco desde sus resentimientos con sus amigos pudientes en que tenía que sonreír cuando se burlaban de su persona pero, luego, él se desquitó desde la gubernatura de todos y cada uno.

Era estudiante cuando Alito tomó la rectoría de la UAC siguiendo las instrucciones del entonces gobernador Antonio González Curi, luego vinieron los huevazos en el Congreso y eso le valió una regiduría en el municipio de Campeche, una de la que salió mal librado pero en la que lo ayudó a zafarse su entonces suegro.

Alito siempre fue un porro y un resentido, sin embargo sabía bien pues lo veía en sus “amigos”, que el dinero y el poder atemperan todos los excesos así que se propuso conseguir ambas.

Me tocó ver el maltrato a Claudia su primera esposa y el olvido de su primogénito, el maltrato a Ana Laura a quien dejaba encerrada por meses, a Ana la vino a buscar su papá, un exitoso empresario que juró que se la cobraría a Alito, esa promesa quedó inconclusa por el fallecimiento del señor. Con Christell solo cruzaba los buenos días cuando se dignaba contestar.

Recuerdo a Alito siendo senador llegar al bar “Rum” junto con Tito, Walter, Vixo y Gerardo y mientras todos los demás bebíamos Bacardí, Stolichnaya o algunos faroleros pedían su Etiqueta Negra o Buchannas, Alito pedía botellas de champaña Möet Chandon y fresas cubiertas de chocolate.

Como diputado sabíamos de sus excesos, de sus motos Ducatti en la Ciudad de México, del Ferrari pero, aún se cuidaba, como senador ya era mucho más aventado, en la campaña que casi hace perder a Fernando Ortega por echárselo a cuestas empezó a dar “apoyos” de 5,000 pesos a quien se los pidiera, era la antesala de lo que sería la candidatura al gobierno, una que le “arrebató” FOB y que nunca se lo perdonó aunque le juraron que la “siguiente” sería suya.

Para poder contender Alito sacó otra acta de nacimiento cambiándose la fecha para que tuviera la edad legal, después no fue necesario pero aún se jacta de haber nacido dos veces en dos diferentes lugares y como si eso no fuera poco, también pagó su título de abogado en la René Descartes pues antes decía ser egresado de la Universidad Autónoma de Campeche cosa falsa pues reprobó semestre lo que le costó su salida de la UAC.

Alito vendía siempre sus relaciones, a todo mundo le contaba que se llevaba con unos y con otros, por ejemplo, se decía amigo de Juan Camilo al que todos aquí llamábamos Iván y si bien si lo conocía, no era tan cercano como le decía a los demás aunque, lo que si hacía era cobrar por esa cercanía del secretario de gobierno de Calderón pues lo invitaba a comer y Juan Camilo aceptaba y luego le decía a empresarios o políticos sin acceso al Secretario “Voy a ir a comer con Iván, sí, así le decimos a Juan Camilo. Vas a llegar, te acercas a saludarme, te sientas y yo me voy a parar al baño, te voy a dar 5 minutos con él si lo resuelves o no es tu pedo pero, esto te va costar un millón”. Lo peor es que lo pagaban.

En su campaña a la gubernatura  soltó millonarias cantidades y no obtuvo los votos de su antecesor y aún recuerdo los gritos diciendo que Fernando y Sarmiento lo habían traicionado y que se las iba a cobrar, puso a Tito en el PRI y le dijo que armara una estructura que le fuera leal, Tito acusó a los priístas de antaño de traidores y fracturó al PRI lo que, sumado a los excesos de Alito, la soberbia de Claudio, de Aysa, de sus amigos que cobraban “apoyos” en Sedeshy de la mano de su primo, de cómo hizo que Zertuche comprara el Novedades, el Expreso, Crónica, se aliara con Telemar, Tribuna y le comprara Mayavisión al Pato para tener el control de medios pero, adicionalmente, convirtiéndolos en un lavadero en toda forma, mil millones de pesos anuales a comunicación y todo a sus medios junto con los pactos con la televisora nacional a través de Javier.

Más allá de sus excesos personales , de sus vicios y preferencias que nadie tiene derecho a juzgar, si lo haré con las suburbans blindadas con las que cambiaba para que no fueran a “plantarle” una bomba, de su afición con la armas que una vez, siendo senador fue a tirar al mar pues le avisaron que catearían su casa (desde entonces) de como le dijo Zertuche que invirtiera en obras de arte como la mejor forma de lavar dinero (Alito no sabe de arte) de como tiene una colección de relojes donde el más barato es un Rolex y te la presume con todo desparpajo, de sus zapatos de decenas de miles que usa para subir 4 cms pues se siente acomplejado, de su afición por las cirugías, de como dejaba esperando en la antesala a personas de la sociedad que antes eran “más” que él y después de horas y de tomarle fotos a las cámaras donde esperaban, se las mandaba a sus “cuates” en el chat.

De como se iba de juerga con sus amigos en su avión y pagaba en efectivo todo, de como amenazó a periodistas, constructores, empresarios, de como si no te doblabas te buscaba quebrar, de como obligaba a Gustavo a no comprarle a sus “enemigos”.

Alito se dice ahora perseguido político cuando él era el perseguidor, no sé de donde salieron sus audios pero si apostara, diría que se los grabó su propia gente, esa que tenía, él sí, espiando a todos.

Alito confía en Vladimir, cubano que hizo que hasta sus amigos de años, los hiciera a un lado, lo que extraña es que Alito no confía ni en su familia, así que seguro, Vladimir tiene el detonador en la mano.

Yo conozco a Alito, dicen que es aventado pero no, simplemente no tiene los límites que tenemos los demás, no se rige por nuestras mismas normas sociales, es un mitómano consumado de memoria privilegiada, es un tipo que cree que el poder y el dinero pueden regir en la escala de valores y todo lo demás es relleno, cree en santería y es sociópata en más de un indicador.

Yo conozco a Alito y ahora, lo conoce todo México.