El primero de octubre, López Obrador deja la Presidencia de la República, en manos de Claudia Sheinbaum Pardo, que tendrá la difícil tarea de unificar una nación que fue dividida por uno de los mandatarios más populares de la historia reciente
La fuerza política y mediática, en caso de una nueva elección, la catapultaría a ser el personaje más visible de la oposición en nuestro país
Puebla, que en los últimos ocho años ha tenido siete gobernadores, entre fallecimientos, nombramientos provisionales y la designación de sustitutos. Se ha generado un vacío de grupos o una saturación de grupos, como se quiera ver. Las dos miradas son válidas
Fue la propia Claudia Sheinbaum Pardo, quien, en plena conferencia de prensa, de plano se desmarcó de Blanco Bravo, al señalar que no ocupará ningún lugar en su gobierno, porque ya tiene un escaño en la Cámara de Diputados
Imposible no saberlo, tan es así que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador prefiere el costo de la lapidación política, a tener que cargar con la ira de un eventual gobierno del presidente Trump
