Adiós José Agustín
Conocí a José Agustín en 1998 cuando estudiaba el tercer semestre de la carrera en periodismo y él ya era un todo un rockstar de la literatura mexicana. Generoso y a toda madre como era, me abrió las puertas de su casa en Cuautla sin conocerme ni ir recomendado por alguien.
Ese día al terminar la entrevista, además de firmarme mi ejemplar de Ciudades Desiertas y aceptar tomarse unas fotos conmigo, me dio un raid al centro de Cuautla en su Tsuru blanco. Como imaginaran estaba soñado. Hoy que se anuncia su lamentable muerte, comparto aquella entrevista escolar como un mínimo homenaje a lo que representa para mi, su agradecido lector.