El su informe detalla que estos grupos criminales operan laboratorios clandestinos en México.
Washington, D.C.— Los cárteles mexicanos continúan dominando el mercado de drogas sintéticas que abastece a Estados Unidos, según el informe anual 2025 de la Administración de Control de Drogas (DEA), publicado el pasado 15 de mayo.
De acuerdo con el reporte, el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) encabezan la producción y distribución de sustancias como fentanilo y metanfetamina, utilizando redes complejas de contrabando y estructuras transnacionales que representan una amenaza directa a la salud pública y la seguridad nacional estadounidense.
El documento detalla que estos grupos criminales operan laboratorios clandestinos en México, donde procesan drogas con precursores químicos importados desde China. Además, emplean mecanismos de lavado de dinero sofisticados, incluso con el respaldo de redes chinas, para movilizar los ingresos obtenidos por sus actividades ilícitas.
En el análisis, la DEA subraya que el impacto de estas operaciones va más allá del tráfico de drogas. Las organizaciones también son responsables de una ola de violencia que afecta tanto a comunidades mexicanas como a regiones fronterizas e indígenas en Estados Unidos, muchas de ellas especialmente vulnerables.
Una de las revelaciones más destacadas del informe es que tanto el Cártel de Sinaloa como el CJNG —junto con otras seis organizaciones criminales— han sido designados como organizaciones terroristas extranjeras, debido al nivel de daño y desestabilización que generan.
El reporte también enfatiza que la expansión de estas organizaciones ha generado una presión creciente sobre los sistemas de salud, seguridad y justicia en ambos países, al tiempo que fortalece la necesidad de cooperación internacional para combatir el crimen organizado a nivel regional.