El proyecto será turnado a los Congresos locales para su ratificación.
El Senado de la República aprobó la reforma energética impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum en una votación realizada durante los primeros minutos del jueves 17 de octubre. El proyecto, que obtuvo una mayoría calificada con 86 votos a favor y 39 en contra, será turnado a los congresos locales de las 32 entidades del país para su ratificación.
La aprobación de la reforma energética representa una victoria para Morena y sus aliados, quienes lograron finalmente lo que no fue posible hace más de dos años durante la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador. En aquella ocasión, la oposición, integrada por el PRI, PAN y el extinto PRD, bloqueó la propuesta original al no dar votos suficientes para alcanzar la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.
La derrota legislativa de 2021 llevó a que la oposición fuera señalada como “traidora a la patria” por los líderes de la Cuarta Transformación (4T) y sus seguidores. Además, detonó la llamada «moratoria constitucional», un pacto entre los partidos opositores para votar en contra de cualquier iniciativa presentada por Morenadurante el resto del sexenio de López Obrador.
Un nuevo rumbo para la política energética
Ahora, con Claudia Sheinbaum en la presidencia y una mayoría calificada en el Congreso, el proyecto de decreto ha sido aprobado tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, y se espera que en los próximos días obtenga el visto bueno de al menos 17 de los 32 congresos locales, lo que permitiría la materialización de la reforma energética.
El contenido de la iniciativa se enfoca en modificar los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Según lo expuesto por la presidenta Sheinbaum en su conferencia matutina del miércoles 16 de octubre, la reforma busca que las empresas públicas de energía como Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE)dejen de ser consideradas monopolios.
Una de las modificaciones clave radica en el cambio del término de “empresa productiva del Estado” a “empresa pública del Estado”. Este ajuste le devolvería a Pemex su carácter como entidad pública, y lo mismo aplicaría para la CFE. Con esta reforma, se pretende que la CFE genere alrededor del 54% de la energía eléctrica en el país, mientras que el resto del mercado quedaría en manos de empresas privadas.
CFE y Pemex, eje central de la Reforma
La reforma también aborda la transición energética, una de las promesas de campaña de Sheinbaum. Aunque inicialmente se pretendía que la transición fuera responsabilidad exclusiva del Estado, el párrafo correspondiente fue eliminado del artículo 27, lo que abre la posibilidad para que actores privados participen en la transición hacia energías renovables.
Durante las discusiones en el Senado, la oposición criticó que la reforma energética concentra demasiado poder en las empresas públicas y podría frenar la inversión privada en el sector energético. Los partidos del PRI, PAN y MC argumentaron que la medida resta competitividad y pone en riesgo el desarrollo de energías limpias en México.
El senador panista Julen Rementería acusó a Morena de impulsar una reforma que regresará al país a los tiempos en los que el Estado controlaba por completo el sector energético, algo que, según él, derivará en ineficiencia y corrupción. “Le están dando la espalda a la modernización y a las energías renovables”, sentenció.
Un paso más para la Cuarta Transformación
Por su parte, los legisladores de Morena celebraron la aprobación de la reforma, calificándola como un paso esencial para consolidar la Cuarta Transformación en el ámbito energético. El senador morenista Higinio Martínez Mirandaaseguró que la reforma permitirá al Estado retomar el control sobre los recursos naturales y las fuentes de energía, algo que, según él, es indispensable para garantizar la soberanía energética de México.
La presidenta Claudia Sheinbaum también expresó su satisfacción por la aprobación de la reforma en el Senado. En un mensaje en redes sociales, la mandataria afirmó: «Con esta reforma, México recupera su soberanía energética y refuerza el papel de Pemex y la CFE como empresas al servicio de la nación».
Con la aprobación en el Senado, el siguiente paso para la reforma energética será su discusión en los congresos locales. Se requiere que al menos 17 de las 32 legislaturas estatales den su respaldo para que el proyecto se convierta en ley. Dado que Morena y sus aliados controlan la mayoría de los congresos estatales, se espera que la ratificación ocurra sin mayores contratiempos.
Si se alcanza el número necesario de votos, la reforma será promulgada por la presidenta Sheinbaum y publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF), con lo cual entrará en vigor.